Agosto: cerrado por vacaciones



Cada año por estas fechas hay algo en el entorno, a mi alrededor, al bajar a la calle noto en el ambiente un fenómeno que me hace entrar en estado de éxtasis o locura individual. ¿Que es? No se trata ni del calor (no veas la que está cayendo), ni de los helados riquísimos, ni de esas cervecitas que refrescan nuestras gargantas...Nada de eso. Es todo más sencillo. Simplemete es salir a la calle, girar la esquina y empezar a contemplar esos carteles (unos más elaborados e imaginativos que otros) en los que se puede leer: CERRADO POR VACACIONES.
De este modo se me dispara el ego de la calma, de la tranquilidad. Ausencia sería la palabra clave que definiría todo lo que me encuentro o no a mi alrededor. Todo el mundo (o la gran mayoría se marcha en agosto); periodo de siestas prolongadas, de descanso, de la paz al fin. Ahora estoy escribiendo este post en la terracita sin un ruido, ni vecino en mi hábitat cotidiano. Sólo el sol contemplándome y la música revival (The Beatles: White album) de fondo. Es como llegar o tener un orgasmo.
La ciudad se aletarga, hiberna o se "esconde". Ni luces, ni bocinas, ni ruidos desagradables que nos alteran. Ni esas obras tan molestas, vamos un regalo del cielo. Puedes pasear, caminar sin agobios, ni prisas por doquier. Ni que decir del tráfico. Los coches son inducidos al más allá; se puede aparcar con los ojos cerrados. Las horas puntas escolares y del trabajo desaparecen. Tiendas, zapaterias, perfumerias, médicos....todo bajo mínimos. Se puede vivir con las grandes superficies desiertas. No pasa nada siempre nos quedará el Mercadona y los Juegos Olímpicos. Los que tenemos el privilegio de pasar el agosto en la ciudad nos refugiamos en los aires acondicionados o buscamos esas sombritas para refrescarnos y cargar de nuevo las pilas para lo que se avecina.

PD: me considero un afortunado por poder disfrutar de mi ciudad en periodos de "marea baja". Que placer!!!!!

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