Séptimo arte para todos



Otra semana más y como no nueva polémica en el aire. La archicomentada Ley del Cine. Dicha ley establece la obligación de que todas las películas que se estrenen en Catalunya deberán doblarse o subtitularse en catalán. Grito en el cielo, revuelo de órdago, distribuidoras cinematográficas tirándose de los pelos y como siempre nadie contento.
Quede bien claro desde un principio que no voy a favor de un lengua u otra, ni de un pais u otro; cada cual es libre de escoger el idioma en qué quiere ver cine. Simplemente reclamo mi derecho a recibir cultura por los cuatro costados. Que llegue el finde y pueda optar entre varias actividades lúdicas (entre ellas el cine). No debería priorizarse (como sucede siempre) el politiqueo de un grupo u otro. La trifulca o el saber colgarse esa medalla al "crear" una nueva ley que a todos nos ampare o legisle. Pero una vez (y van mil) el que sale perdiendo es el ciudadano de a pie. Sólo hay que mirar unos años atrás. Existían salas de cine por doquier (ejemplo de nuestra ciudad: Clavel, Iluro, Nuria, Oscar...) y ahora nos tenemos que contentar con las tan detestadas por mi parte multisalas del famoso centro comercial de turno. Todo a lo grande, palomitas, coca-cola, asientos o palcos.....pero calidad y originalidad en la selección de las proyecciones nulas o muy escasa. Todo son superproducciones (americanas o no) que son las que dejan dinero. El cine independiente o de autor que se disfrutaba en esas otras salas alternativas se murió.
No existe criterio alguno. ¿Cómo van a doblar una pelicula a varios idiomas si gracias damos al poderla ver en versión original subtitulada o no? Esto a las grandes distribuidoras no le interesa. Son pérdidas seguras. La solución: no la tiene nadie. Quizás apostar o potenciar nuestro cine (catalán, castellano, vasco, gallego....), dar ese saltito de calidad y demostrar que también sabemos. Abriríamos el mercado y todos comerían del pastel, se tendería con el tiempo a lograr una igualdad entre el pequeño y el grande. Así no caeríamos en polémicas absurdas. Todo esto me recuerda al famoso anuncio: Tu, ¿Cueces o enriqueces?; ¿catalán o castellano?.
Menos mal que siempre nos quedará un ciudadano Kane!!!!!
Nos vemos.

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